viernes, 19 de julio de 2013

La otra realidad

Hoy tenemos un artículo de nuestro compañero sakafoter Remon. Un lujo que nos enseñe a ver la vida desde su particular punto de vista. Esperamos que os guste.




Muchas veces nos preguntamos acerca de la imposibilidad de obtener fotos interesantes. Creo que el problema radica fundamentalmente en la falta de mirada, siempre hay que intentar ir más allá de lo que vemos. Independientemente de la calidad del equipo (mientras mejor sea, pues mejor) creo que al final lo que inclina la balanza es nuestra capacidad de observar, sintetizar y plasmar. Claro está que si nos rodeamos de situaciones que por alguna razón son propensas a generar fotos interesantes, la cosa pintaría mejor. Admiro todas las buenas fotografías, sean de la temática que sean (siempre y cuando no dejen de ser fotos). El camino que cada uno elija es su decisión y el avanzar para hacerlo lo mejor posible debe ser el único objetivo.

En mi caso, el no poseer coche, no disponer de carnet y venir del mundo de la poesía me han ayudado en la búsqueda activa con la intención (a veces conseguida) de transformar una realidad aparentemente pasiva e inerte en imágenes sugerentes y dinámicas (que no buenas y otras sí, por qué negarlo).

Créanme cuando  les digo que no dejan de sorprenderme  las vueltas de tuerca que ofrecen los escenarios cotidianos. Descubrir un sentido al caos urbano que nos rodea, escarbar hasta encontrar poesía en lugares que la mayoría de las personas considera faltas de encanto, me ha servido para construir mi hábitat fotográfico.
Este breve documento lo ilustraré con fotos a las que le tengo mucho cariño, ya que son las responsables de mi continuidad en este maravilloso mundo. Tampoco piensen que me estoy echando flores, soy el primero que alberga muchas dudas con relación a lo que hago. Sólo que tomo de ejemplo las fotos que vi y concebí, para acostumbrarme a esa otra mirada.


Casi un Mondriaan



En principio esta foto era imposible de obtener ya que frontalmente el árbol no coincidía con la línea divisoria. La foto original tiene el ángulo necesario para que los elementos coincidan y luego al editarla, modificando la perspectiva obtuve el resultado que ven.

La limpieza y el colorido de esta imagen tienen un efecto relajante, el sólo pensar que rincones como estos pueden hallarse en cualquier parte, me anima a continuar rebuscando. El lugar es una avenida de mi ciudad muy transitada donde no ves a nadie con una cámara.

El héroe


Esta es de una escultura en homenaje a Javier Fernández Quesada, un estudiante asesinado en 1977 por la Guardia Civil. Estaba yo estrenando mi Minolta 50mm 1.7 cuando miré la escultura y aprovechando la máxima apertura vi esta foto que me pareció hermosa y sugerente. En cierto modo mi particular homenaje al héroe, con ese verde evocador de vida  en el fondo y la dureza de la textura en primer plano.

La ventana irreverente



Esta instantánea está ligeramente retocada con la perspectiva, ya que al no estar muy separada del suelo, el ángulo la deformó relativamente poco. La violenta ruptura del reflejo por otro reflejo (en este caso el de la ventana abierta), me enamoró. Me trasmitió irreverencia, deseos de escapar de la rutina, algo con lo que he convivido toda mi vida. 

Retenidos



En este caso la imagen tiene poco tratamiento. El graffiti ya lo borraron, la imagen siempre me llamó la atención, pero no sabía cómo sacarle partido. Una mañana pasé por la acera opuesta donde hacían reformas en un edificio y las vallas que ven eran para impedir el acceso a la zona. Pues miré esa perfecta imagen tan evocadora y disparé. Aquí ese desenfoque del motivo, refuerza la idea de una detención siendo observada a escondidas, con un temor sugerido de ser descubierto.

Los Tejados


En este caso la armonía  aportada por la sinuosidad de líneas que en nuestro imaginario permanecen rectas e inamovibles…acompañada del edificio, me sugiere la peculiar realidad que se oculta tras cada ventana. Un mosaico de circunstancias que en algún momento pueden parecerse, pero que nunca son iguales. Esto es un edificio en el que viví hace algunos años, cuando volvía a casa miraba siempre el mismo reflejo sin sospechar que había una foto. Una tarde saliendo de cacería volví a tropezarme con ella, tal vez influyó que mi mirada había ido evolucionando. Ese día vi la foto y disparé.
El humo inteligente


Esta foto fue en plena autovía en Asturias, será porque ya me he acostumbrado a la búsqueda perpetua. Sólo miré y vi flechas y humo saliendo en esa misma dirección. Por eso insisto en que tenemos que educar el ojo y al final las cosas se muestran y no se hace tan difícil ver donde nadie ha visto. 

Y para terminar con este llamamiento a educar el ojo y observar con detenimiento e inteligencia todo lo que nos rodea les pongo el enlace a mis galerías de 500px y Flickr donde intento plasmar la idea que tengo de la fotografía.

                                                            Rem(o)n

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